Exposición
Priscilla V.
Mi abuelo era futbolista y estaba recuperándose de una lesión en la ciudad donde vivía mi abuela. Ellos se conocieron, se enamoraron y entablaron una relación por carta. Pero los padres de mi abuela no estaban de acuerdo con que se casaran. Ella decidió huir de casa. Fue hasta un convento, a confesarse, y se marcharía enseguida. Pero el cura conocía a su padre. Él lo llamó y le dijo: “Tienes que bendecir a ese casamiento, porque se quieren mucho”. Al final, el padre de mi abuela los bendijo y se casaron.