Exposición
Luakam A.
En aquel día, le dije a mi hija: “Voy a renunciar. Ya no soporto estar atrapada aquí. Con lo que gano de la compañía, me compro dos máquinas de costura y trabajo desde mi casa. Pero te quedas aquí, hasta que terminemos de pagar las máquinas. Luego, vienes a casa también”. Siempre hemos sido libres, así que tenemos que trabajar con libertad.