Exposición
Andreia A.
Cuando tenía unos catorce años, mi madre tuvo que someterse a una cirugía de emergencia y me tocó cuidar el restaurante. Asumí toda la cocina por tres días. ¡Me sentí tan orgullosa de mí! Apenas llegó, le dije: “Mami, ¡mira lo tanto que he trabajado! ¡Lo tanto de dinero que gané! ¡Lo logré!” Ella se puso tan orgullosa y pienso que le dio pena también. Eso nos dio mucha fuerza.